Teóricamente, el regreso de Jean Grey debería ser un gran negocio. Este es un personaje que ha estado muerto por una eternidad según los estándares del cómic, y uno que es amado por los fanáticos de X-Men en todo el mundo. Sin embargo, la mayor falla de Phoenix Resurrection es que no hace que su regreso se sienta como el evento trascendental que debería ser. Es simplemente un cómic de eventos más decepcionante en una franquicia que parece ofrecer nada últimamente.
Lo mejor que se puede decir del número 4 es que los X-Men ya no pierden el tiempo viajando por el mundo y tratando de resolver un misterio al que los lectores ya tienen la respuesta. Nuestros héroes finalmente han descubierto que Jean está volviendo, y la han rastreado hasta los desiertos de Nuevo México. Pero incluso con el final del juego mirándolos a la cara, los X-Men son molestamente lentos para poner la pelota en marcha. Demasiado de este tema involucra a los personajes parados alrededor de una broma o de una exposición. Una vez más, me gustaría desear que Matthew Rosenberg hubiera reducido su reparto a un puñado de personajes con estrechos vínculos personales con Jean, en lugar de insertar básicamente a todos los X-Men activos en la mezcla.
Los números anteriores al menos tenían que recurrir a Jean. La misteriosa naturaleza de su pequeña ciudad dio a la serie la ambigüedad y la energía que tanto necesitaba. Tristemente, ahora que se ha revelado la naturaleza exacta del status quo y el entorno de Jean, incluso ese atractivo se pierde. Hay muy poco impulso que conduzca al quinto y último tema, incluso cuando Rosenberg establece lo que debería ser una escena de reunión desgarradora. Dada la frecuencia con la que esta serie ha decepcionado en otras áreas, ¿cuál es la probabilidad de que este encuentro sea diferente?
Phoenix Resurrection definitivamente no está siendo servida por su calidad visual en caída libre. Este problema está muy por debajo de los estándares habituales de Ramon Rosanas, lo que sugiere que se reunió en un cronograma muy apurado. Las líneas de Rosanas son sueltas y carecen de la calidad limpia y elegante que generalmente poseen. Peor aún, el arte realiza una serie de elecciones de encuadre raras, con personajes dispuestos aparentemente al azar o empujados al fondo de paneles. Si el guión carece de ímpetu, el arte no hace nada para tomar el relevo.
Calificación Final: 5/10
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