"Solo hay uno que es todopoderoso, y su mejor arma es el amor"...
- Stan Lee, Silver Surfer
Verdaderos creyentes, con un gran nudo en la garganta debemos anunciar la muerte de Stan Lee, el legendario escritor y editor de Marvel. El magnate del cómic y co-creador de personajes como Spider-Man, X-Men, The Mighty Thor, Daredevil, Iron Man, Black Panther, The Fantastic Four, The Incredible Hulk, Ant-Man y muchos mĆ”s, murio el lunes en la maƱana en el Centro MĆ©dico Cedars-Sinai en Los Ćngeles.
Esto duele. De hecho, fue solo anoche, mientras miraba de nuevo ANT-MAN AND THE WASP, cuando hablama sobre el notable legado de Lee. Lee comenzó su viaje hacia el mundo de los cómics y mĆ”s allĆ” en 1939, donde trabajó junto a algunos de los artistas mĆ”s talentosos de Marvel, como Jack Kirby y Steve Ditko, para crear personajes que pasarĆan la prueba del tiempo y algunos mĆ”s.
Como creador maestro, se sabĆa que los personajes de Lee desafiaban las leyes de la tradición al agregar matices a sus diversas personalidades, por lo que se hacĆan mĆ”s fĆ”ciles de relacionar con los lectores. Gracias en parte a Lee, los introvertidos se vieron a sĆ mismos en Peter Parker, mientras que aquellos propensos a la angustia emocional amaban la aventura con The Incredible Hulk. Lee incluso nos dio la primera familia de Marvel, The Fantastic Four, unos de mis grupos de superheroes favoritos. A travĆ©s de los Four, Lee y sus amigos artistas exploraron el cosmos, manipulando el tiempo y la realidad misma, todo en nombre de hacer nuevos descubrimientos para el mejoramiento de la humanidad. La lista sigue y sigue, con todos y cada uno de los personajes contribuyendo de manera que cambiarĆa el panorama de los cómics para siempre.
En los Ćŗltimos tiempos, se sentĆa como si la vida de Lee estuviera bajo un asalto constante por parte del devorador de planetas, Galactus, con demandas en todos los rincones. En julio de 2017, la amada esposa de Lee, Joan, falleció a la edad de 69 aƱos, dejando un enorme agujero en el corazón del cerebro de Marvel. Poco despuĆ©s de la muerte de Joan, Lee demandó a un grupo de ejecutivos en POW! Entretenimiento por fraude, aunque la demanda se retiró rĆ”pidamente unas semanas despuĆ©s. DespuĆ©s de eso, Lee demandó a su ex gerente comercial, e incluso consideró oportuno presentar una orden de restricción contra el hombre que habĆa estado administrando su patrimonio por un valor de mĆ”s de 70 millones. En junio de 2018, el Departamento de PolicĆa de Los Ćngeles publicó un informe que indicaba que estaban investigando una denuncia de maltrato a personas mayores en nombre de Lee, lo que se sumó a una ya desalentadora lista de problemas para el legendario portavoz de Marvel.
En 1939, Lee se aseguró una posición como gofer mientras trabajaba en Timely Comics (que mĆ”s tarde pasarĆ” a llamarse Marvel). DespuĆ©s de dos aƱos de trabajo duro, contrataron a Lee para escribir para Kriby y el CapitĆ”n AmĆ©rica # 3 de Joe Simonson. Con estrellas y rayas en sus ojos, Lee elaboró la historia de dos pĆ”ginas titulada "¡La venganza del traidor!" Cuando cumplió 19 aƱos en 1942, Lee se convirtió en editor interino. Sin embargo, los tiempos fueron difĆciles, y Lee dejó la compaƱĆa despuĆ©s de alistarse en el EjĆ©rcito, donde se desempeñó bajo el Cuerpo de SeƱales, escribiendo manuales y entrenando pelĆculas para nuevos reclutas. DespuĆ©s de que la guerra terminó, Lee regresó a los cómics como editor, una posición que le dio el poder de hacer realidad los sueƱos durante dĆ©cadas.
En la dĆ©cada de 1970, Lee se hizo conocido como un creador que golpeaba las paredes de la censura en los cómics, ya que a menudo se inclinaba hacia el tema tabĆŗ para lo que se consideraba "normal" en el medio. En mi opinión, Stan reconoció el poder que ejercĆan sus personajes y, a travĆ©s de ellos, transmitió lo que sintió que eran mensajes importantes para los lectores con respecto a los temas de tolerancia, miedo y, lo mĆ”s importante, compasión. No todos los creadores hacĆan esto en ese momento. De hecho, muchos se contentaron con dejar que los super poderes hicieran el trabajo pesado, mientras que las doncellas colgaban en apuros, esperando ser salvadas. No Stan Sus personajes estaban destinados a algo mĆ”s grande, y con el tiempo, varios de ellos nos han pasado lecciones de vida que no olvidaremos.
En 1972, Lee se retiró como editor de Marvel y se convirtió en editor de la compaƱĆa insignia. Con su enfoque ahora dirigido directamente a promover los comics y personajes populares de la etiqueta, Lee se mudó a Los Ćngeles en 1980 para establecer una compaƱĆa de animación. Fue entonces cuando Lee comenzó a sembrar semillas entre la Ć©lite de Hollywood, alertĆ”ndolos sobre el auge cinematogrĆ”fico del entretenimiento de cómics que vendrĆa.
A lo largo de los aƱos, Lee ha aparecido en numerosas pelĆculas de Marvel, como un huevo vivo de Pascua, mientras se divierte en un mundo de su propia creación. Honestamente, es difĆcil imaginar una pelĆcula de Marvel sin Ć©l. AdemĆ”s, extraƱarĆ© su voz icónica, ya que siempre fue amable y tendió a pronunciar palabras de sabidurĆa con las que podrĆa relacionarme. En verdad, todavĆa estoy digiriendo esta pĆ©rdida y me resulta difĆcil articular mis emociones. Si no llego a nada mĆ”s, dirĆ© esto: Gracias, Stan Lee. Gracias por ayudar a dar al mundo personajes e historias tan memorables. Gracias por ser una cara amigable y familiar en la que confiar en tiempos de oscuridad. Gracias por darle poder a lo pasado por alto, lo poderoso y lo monstruoso. Eres tan legendario, por eso Excelsior, mi buen hombre, puedes descansar tranquilo...
Le sobreviven a Lee su hija, J.C., y su hermano menor Larry Lieber, escritor y artista de Marvel. Su otra hija, Jan, murió tristemente en la infancia. Mientras tanto, la difunta esposa de Lee, Joan, seguramente lo estarĆ” esperando para darle la bienvenida al gran mĆ”s allĆ”. AquĆ, en Gamers Cinefilia, deseamos a Lee un viaje seguro al gran multiverso en el cielo. Nuestros corazones y pensamientos se dirigen a quienes estĆ”n cerca de Ć©l, asĆ como a todos los que alguna vez han sentido el asombroso poder de los talentos de Lee.
Una vez mƔs, Excelsior!




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